Elizabeth
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 | Tema: Nota de Gonzalo en Clarín mujer  Lun Nov 02, 2009 4:29 am | |
| MANO A MANO
Gonzalo Heredia: "Soy una gran contradicción"
Es uno de los galanes del momento, pero no se siente un sex symbol. Se define como un ermitaño aunque fantasea con tener una familia.
Por María Laura Santillán.
¿Por qué usás dos celulares?
El más caro es un regalo, porque las cosas van bien. El otro, es mi teléfono de toda la vida, desde que tengo veinte... veintidós años.
¿Por qué parecés más grande? ¿Por la barba?
Por la barba, el pelo largo, y por la fantasía de la gente.
¿Cuál es?
La fantasía que vos tenías también de que yo era más grande.
No, no tenía ninguna fantasía, aparecés en las revistas, es fácil saber qué edad tenés.
Claro, no me había puesto a pensar en eso.
Parecés maduro.
¡Está bueno! Es como un halago. ¿Hasta qué edad más o menos son los halagos?
Hasta los 27.
O sea que a los 30, ¿Qué hago? (risas).
¿Cuando termine Valientes vas a seguir con este look o tenés planes de cambiar?
No, tengo planes de cambiar. Yo me aburro de las cosas, necesito cambiar. Me aburre la comodidad. Necesito salir y volver a entrar, irme para volver, pero siempre volver. Voy y vuelvo siempre.
¿Estás hablando de trabajo o de los afectos?
En general. Por ejemplo, me fui de Munro y ahora quiero volver. Creo que hay muchas respuestas que puedo encontrar volviendo al lugar donde viví toda mi vida.
¿A qué edad te fuiste de Munro?
A los 19. Me mudé cinco veces.
Y ahora querés volver.
Sí, sí. Comprar una casa con jardín para regar los domingos.
Y con parrilla.
Claro.
Y, ¿algún perro?
Sí, sí, un perro e invitar a muchos amigos. Quiero que en mi casa haya mucha gente. El departamento de Palermo donde vivo lo siento transitorio.
Entonces, podés hacer un cambio drástico.
Sí, si lo he hecho. Yo a Munro lo veo casi como una maqueta, cada esquina tiene su historia, yo quiero ser testigo un rato para poder alimentarme y escribir.
Escribir ¿qué?
Seguramente una novela que después se pueda guionar. Hay muchos disparadores para mí en ese lugar.
Escribir una novela es un gran desafío ¿Leés mucha literatura?
A la noche siempre tengo un libro, y en los baches y esperas de la tira, también. Hace mucho que no escribo, pero leo.
Cuando se te ocurra una idea, no dejes de escribirla.
Tengo seis u ocho libretas, como verdulero. En Capital no puedo, mucho martillo neumático.
¿Mucho ruido?
Mucho, mucho.
Y, ¿qué solías escribir hasta hace un año?
Relatos. Capítulos, bocetos de capítulos, escritos, hay cosas que quizás tienen rima, entonces podés decir que son poesías. No escribo diciendo "voy a escribir tal cosa".
¿Cuándo empezaste a escribir?
En un taller, hace muchísimo.
¿Un taller de literatura?
(Risas). No, en el taller mecánico. Tengo recortes en un sobre papel madera en el escritorio de mi viejo en el taller mecánico, en el último taller donde trabajé. Intenté ir a un taller literario, pero no me gustó.
¿Cuántas veces intentaste?
Una.
Dale otra chance.
Intenté tres veces también ir al psicólogo y no pude.
¿Tres psicólogas distintas?
Sí, sí.
Y, ¿qué pasó?
Nada, jamás pasó nada. Empecé a los 14 con una. Cuando tenía 17, 18, con otra. Y la última, fue relativamente hace poco, la volví a ver hará un mes.
¿A qué fuiste a terapia? ¿Qué buscás?
A desinflarme, a descargarme. Pero es un trabajo, es un plan. En este momento no tengo ganas de tener más plan, ni tengo ganas de proyectar algo. Es como hacer un curso intensivo con un maestro de actores, no puedo ir y faltar una clase. Estoy en un momento de no poder brindarme un cien por ciento por una cuestión de tiempo.
Tu modo de expresión es la actuación.
Sí, me gusta que lo digas así.
Y la escritura, ¿podría serlo en un futuro?
Sí, incluso será más intensa la literatura.
¿Por qué?
Porque como actor tengo cierto límite, y en la literatura no lo tenés. Como actor, tengo el pelo así y doy para cierto rol, pero en literatura puedo ser vos, si quiero.
¿La actuación no te permitiría ser una mujer?
Creo que no. Sería muy difícil.
¿Es el punto de vista de un mecánico de Munro?
No soy mecánico, nunca me gustó. Además sólo te puedo cambiar una pastilla de freno y una rueda de auxilio.
Un ayudante de mecánico de Munro, actor, futuro escritor.
Quizás...
¿Cómo vivís ser un sex symbol?
No lo vivo de esa manera. Es una fantasía colectiva.
¿Cómo vivís la fantasía colectiva?
Justamente, no la vivo. Creo que en algún momento se van a dar cuenta de la realidad (risas). Me da miedo el rótulo. Si mañana quiero hacer un personaje completamente distinto y que sea todo un desafío para mí, y no pueda por esta cosa de que "es el galán". A mí me da vértigo esa cosa de rotular y poner en la alacena.
¿Cómo hacemos para que no te rotulen?
No, nada. Está bien, juguemos.
No jugás del todo.
No, quizás hay juegos que no tengo ganas de jugar y no sepa jugar. No soy un arisco ni un histérico que me buscan los medios y me hago el interesante, no, no. De mi vida privada no hablo porque nunca hablé y no lo voy a hacer.
¿Cómo te sentís cuando te ves en una foto que no querías que te sacaran?
Me dio mucha impotencia en el momento y después no se podía hacer nada. (N. de R.: se refiere a la foto que le sacaron junto a Cecilia Roth). Fue un arrebato, como te pueden arrebatar la cartera o te pueden afanar y dar un puntazo en la calle.
¿Estrés?
Claro, lo puedo comparar con la atmósfera o el mismo aire que queda después de un robo. Fue un arrebato, viví lo mismo.
¿Qué te arrebataron?
Mi intimidad. ¿Por qué lo hacen?
¿Será porque sos conocido y la gente quiere saber?
¿Quién quiere saber? Si alguien quiere saber que me lo pregunte en la calle, yo no tengo ningún problema en contestar.
Las chicas quieren saber si tenés novia.
Que me lo pregunten en la calle. Que me esperen y me lo pregunten a mí.
Me sorprendió mucho saber que no terminaste el secundario.
¿Por qué te sorprendió? Llegué hasta tercero y es algo de lo que me arrepiento mucho.
Pero podés retomar, ¿sabés?
¿Me ves ahora yendo a la nocturna? Me pesa en el sentido de querer estudiar una carrera y no poder hacerlo.
En Valientes, los tres protagonistas transmiten un clima de que se quieren mucho, ¿es así?
Sí, sí. Nos llevamos muy bien, nos divertimos mucho y eso se ve. Hay una parte que uno no le puede mentir a la gente. Hay química y se generó sola. La raíz son los códigos que manejamos. El respeto, el cuidado al otro, la exposición, todo eso, con el trabajo en sí, con el ego.
¿Cómo es el código con el ego del otro?
¡Podríamos matarnos! (Risas).
Para sacar el primer lugar.
No sé, no sé, podríamos caer en ese lugar.
Otra cosa que me llamó la atención fue la cantidad de oficios que tuviste antes de actuar.
Polirrubro. Paseé perros, vendí perfumes, repartí pan. Trabajé en un lubricentro, en un taller mecánico, jardinero, ése es el mejor trabajo, cobraba muy bien.
El mecánico es un ícono.
Sí, como más bruto (risas). La mancha de grasa garpa como loco.
Además sos el mecánico al que le gusta leer.
Ah, el culto, decís. El diamante en bruto. Yo dejo que hablen, dejo que digan. Dejo el barrilete que se vaya, vaya, vaya.
¿Estás viviendo solo?
Sí. Vivo solo desde los 19. Soy muy ermitaño y también solitario.
¿Fantaseás vivir con alguien, con una mujer?
Fantaseo.
¿Convivir?
Fantaseo con la familia grande, con perro.
Pero no eras ermitaño y solitario, ¿en qué quedamos?
Me contradigo todo el tiempo. ¿Vamos a descubrir eso? Soy una gran contradicción. Apunto a una familia y a una gran familia, claro. Pero quiero estar seguro.
Hay que encontrar la persona justa. ¿Cómo tendría que ser?
Con que sea compañera está bien. Compañera en las buenas, en las malas, para mí con eso ya está bien. La persona que te lleva un plato de sopa a la cama cuando estás enfermo merece mi mayor respeto.
¿Incondicional?
Sí, bueno con mis amigos soy incondicional. La rutina es lo difícil.
La cuestión es salir a buscar qué.
Bueno, tampoco seas tan mujer.
¡Qué divina es Cecilia Roth!
Bueno (risas).
¿Cómo bueno? (risas). Es talentosa, linda, inteligente, tiene un carácter fuerte, me encanta. Es una representante interesante del género.
Bueno (risas). | |
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