Herencia retorcida
Que hacer ficciones diarias es muy costoso no es una novedad. Que las jornadas de grabaciones son muy extensas tampoco. Pero a menudo se pierde de vista la difícil misión de los autores al tener que mantener la tensión en alto día a día. Y para intentar lograrlo en Herencia de amor tomaron un giro raro, algo retorcido y enroscado.
Al principio se mostraba como una telenovela clásica: un galán de clase baja, una contrafigura masculina de clase alta, una heroína ex modelo inalcanzable para el protagonista, un pueblo chico, un cura, un intendente corrupto y una herencia por la que todos pelean. Con el pasar de los episodios, y con la necesidad de explotar conflictos para mantener en alto el rating, la historia comenzó a transitar lugares poco comunes..
El cura dejó de ser cura, se casó y enviudó a los pocos minutos (por no decir segundos). No conforme con eso, empezó una historia con una mujer menor que él, que resultó ser la hija del hombre que asesinó años atrás. Los protagonistas no son ajenos a lo enroscado de la trama, dado que uno le robó la novia al otro, luego se enteraron de que son medios hermanos y, aún así, viven bajo el mismo techo. Como si fuera poco, la madre de uno de ellos estuvo de novia con el mejor amigo de su hijo.
La pelea por el rating va más allá de los horarios y la duración de los programas, los guiones tienen un papel fundamental, y en Herencia de amor están dispuestos a llevar todo al extremo, por más inverosímil que sea.
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